No sé si me gusta empezar a despedirme porque tal vez el regreso sea pronto (o jamás), pero por el momento y hasta nuevo aviso, cerraré el blog.
No tengo demasiadas explicaciones para dar, en realidad tiene que ver con mis sentimientos... no puedo darles mucho a ustedes y tal vez por eso es que en los últimos meses dejaron de venir a visitarme.
Simplemente eso.
Hasta siempre...
Beso
Lu
Si tengo una única virtud esa es ser honesta. No sé mentir ni ocultar. Por supuesto que algunas cositas sí, no soy idiota ni santa pero en las cosas importantes como en las más minúsculas trato de ir muy de frente, siendo lo más sincera posible auqnue esto después me traiga dolorosas consecuencias.
Empecé a trabajar en este telecentro el 22 de septiembre del año pasado y desde entonces mi carácter empezó a cambiar (para peor lamentablemente).
La atención al público no es tarea sencilla y más en un lugar en el que tenés que hacer mil cosas a la vez por el mismo miserable precio. Aquí sí que hay que ser todo terreno.
Tenía pensado dejar de trabajar a fines de año, cuando terminara de pagar algunas deudas, para poder descansar de esta continua amargura llena de tensiones y nervios.
Más allá del bajo sueldo había algo más que me presionaba y era (o sigue siendo) los reiterados faltantes de dinero que se producían, donde el dueño acusaba directa o indirectamente a sus empleados.
Sin ir más lejos, tuve lugar en este trabajo "gracias" a que echaron a una empleada por repetidos faltantes.
Pero dos meses despues (noviembre `03) acusaron a otro de los chicos y terminó yéndose.
Siguió faltando plata, hace dos semanas se fue una de msi compañeras por el mismo inconveniente.
Yo lo veía pasar pero siempre pensando en que a mí también me podía tocar. Y por supuesto que sucedió.
El sábado el dueño del negocio me "contó" que faltaron más de $2000 y aunque no me acusan de nada a mí (porque no tienen pruebas) quieren resolver el conflicto cambiandome de horario para que yo no tenga más contacto con esa plata.
La idea es pasarme al turno noche o que sólo trabaje los fines de semana. ¡Es una locura! Me dicen así para no tener que echarme porque saben que yo no puedo en los horarios que me anticiparon.
Como todavía no me confirmaron nada, no puedo irme así nomás pero es inaguantable la presión que siento y las ganas de abandonar.
Pero se ve que estoy más fuerte porque en lugar de ver el vaso medio vacío (como de costumbre), tengo esperanzas de que todo se solucione y no queden manchas en mi pasado.
Lo que más me duele es que perjudiquen mi nombre, mi integridad. Sé que mi gente me cree, que lso que no me conocen mucho se dieron cuenta de que no puede ser que TODOS los empleados seamos ladrones.
Y lo más importante es que sé que tengo la conciencia más que limpia y puedo estar en paz conmigo misma.
El viernes 13 hice después de muuuuucho tiempo una recorrida por los blogs. Me encontré con cambios sorprendentes pero sin lugar a dudas la noticia más impactante fue que Mirta Bertotti dejó de escribir su cuadernito para siempre.
Diario de una mujer gorda comenzó en septiembre del año pasado pero me enteré de su existencia un par de meses después y fue ahí cuando la conocí a ella, a Mirta.
Jugamos al commentute y aunque no pude llevarme la remera, me encantó participar, pelearme con los vecinos de los que más tarde me haría "amiga".
En marzo, los Bertotti se tomaron vacaciones y muchos de los lectores decidimos armar nuestro propio blog. Como Faivel, Diablita y yo que también me sumé a la aventura con "mi cuadernito"que fue cambiando de colores y diseños hasta que me acomodé en esta nueva casa.
Seguí a Mirta fielmente hasta que se empezó a hacer famosa, popular. Resultó ser una estrella, la "Su Gimenez" de los blogs y eso me alejó. Creo que fue con la carta a Diego Maradona que llegaron más personas al vecindario virtual y después vinieron los post animados, hechos que inconscientemente me apartaron de su bitácora.
Si bien sé lo importante que es para Mirta que todos la conozcamos (y me alegro por su éxito) me gustaba cuando éramos poquitos, cuando nos conocíamos todos con todos, es como que prefiero los círculos pequeños y esto me hizo dar cuenta de que en mi vida cotidiana también soy así.
No sé si Mirta volverá, simplemente le dejo un gran abrazo y agradezco haber tenido la posibilidad de conocer a Los Bertotti y muchos de los lectores.
El viernes llegué a lo de Mirta y me entristeció su partida. Sé que Hernán Casciari (el creador)había tomado esta decisión desde hace un tiempo, pero no me di cuenta de que el momento había llegado y una vez más en mi vida, me perdí el final, la despedida...